IMPOTENCIA
La veo,
adivino su tersura.
Sus líneas sinuosas hacen que
te recuerde.
Que te recuerde desde aquí y sume
el deseo de acariciarla que
es como acariciarte
y mis manos van hacia ella y
no puedo.
Tocarla, digo, no puedo tocarla,
como en otra época,
como en aquél tiempo donde yo
fui entero.
Su boca me llama y lloro.
Lloro por su boca, tu boca.
Loro por sus curvas, tus curvas.
Ella está aquí y vos no.
Fuiste incapaz de forjar un amor diferente,
y partiste al no recibir mis caricias.
Perdí mis manos, perdí mi música,
no obstante ella se quedó conmigo y a veces sus cuerdas suenan y me hablan
y mis manos golondrinas vuelven y la templan y secan mis lágrimas.
Entonces cierro los ojos y me llega su voz
que fue tu voz
que fue mi música.
Y yo aquí, impotente.
silvia carrera