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jueves, 8 de abril de 2010




DEVOCIÓN


No puedo cerrar la boca viendo lo que veo. ¿Usted está seguro que el retrato mío es éste y no el que lleva envuelto en la otra mano Sr. Maestro?
No, no y no! Ésta ni soy yo, ni tengo el gusto!
Mire, yo quedé en pagarle, pero si me pintaba a mi. ¡A mí:-Sonia Fillippone! Una servidora.

Un mes me tuvo posando desnuda y sin estufa. ¿Usted se acuerda de los antibióticos que tuve que comprar por las anginas que me agarré, y yo no tengo la culpa si le saltan los tapones cada vez que enchufa la de cuarzo.

Mire Sr. Maestro usted ya tiene una trayectoria, no alardee de artista emergente, y le digo más… preferible que en lugar de “emergente” sea “sumergible” porque el Hugo es capaz de practicar con usted el submarino si no le gusta el cuadro.
Dios no lo permita, yo sé lo que es!
Pero no es él, es el vino.

A mi también me cuesta mantener sola la casa. Voy en bici a la fábrica de lunes a sábado 35 cuadras ida y 35 vuelta. Buen ejercicio ¿no? y usted me hace unos “jamones” dignos de la más opulenta chancha criada en cama de paja.

Ah! …la pintura es algo más que la copia fiel de un objeto. Para que sepa yo soy una persona- PER_SO_NA. Los objetos no tienen corazón.
Al único que le permito llamarme objeto es al Hugo – el si puede llamarme “objeto sexual”. Es tan necesario ser un objeto sexual para alguien.

La idea me vino mirando a la Legrand, ¿vió el cuadro que ella tiene presidiendo el comedor?, bueno…yo estaba tan ilusionada con tener sobre la cabecera de la cama un cuadro erótico de mi persona.
¿Qué no es cubismo el de la Chiqui? Para el caso me da lo mismo yo los únicos cubos que conozco son los que uso para rebajarle el tinto al Hugo.

Creía que iba a ser una forma de lograr que mi marido haga el amor conmigo sin mirar a Gilda. Porque creer o reventar, pero esa Santa fue la única que le curó la culebrilla a punto ya de juntarse la cabeza con la cola. Desde entonces sacó el rosario que habíamos comprado en Luján, el de pelotas de madera y colgó a la Gilda.
Yo también la adoro, pero hay momentos y momentos para rezarle ¿no le parece?. Para mi me lo distrae al Hugo en la cama.

Un cuadro mío desnuda lo sensibilizaría, lo calentaría, pero…mire las tetas que me hizo! ¿qué me dice de mis tetas? Es por eso del cubismo figurativo me dijo? Pero si yo el año pasado fui a lo de un peluquero que me inyectó medio litro de aceite de siliconas, y en el cuadro parecen gomas pinchadas.
Usted Sr. Maestro me habla de “idea de teta” versus “imagen de teta”, yo seré pretenciosa, pero o usted es un bohemio raro o fue criado a mamadera.

¿Si?... ¿Le parecen eso?...
Sus explicaciones me convencen…es tan…tan…convencedor así para todo?
Y entonces…¿a cuanto me lo dejaría?...yo sabía que usted es un alma sensible.
Si, si, mañana voy a su taller para los re-toques.
Pero le pido una cosa Sr. Maestro:- no quiero que el cuadro se llame “Sonia Fillippone”.

Póngale “GILDA”.

Adriana Medina

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